____________________________________________________Visita mi CANAL DE YOUTUBE_______________________________________________________

Tanque Bradock. Capítulo 3

3 – Se precisa mercenario

                      La “bromita” del Xanadú le costó a Bradock el enfado de Roc durante la semana y media siguiente; enfado consistente en silencios sepulcrales por parte del androide, rotos de cuando en cuando por la mecánica voz de Neska lanzándole toda clase de insultos; cara de pocos amigos cuando mercenario y robot se cruzaban por el camino, camino muy corto dado lo pequeño de la nave; y toda clase de improperios mascullados por lo bajo por parte de Roc ante cualquier pregunta o gesto procedentes del mercenario.
                   Esa tarde la cosa seguía igual cuando ambos se encontraban en el puente de la nave, rumbo al solitario asteroide Prometeus, situado en el cuadrante 221B de la nebulosa C-Doyle.
                   Bradock silbaba la sintonía del “Un, dos, tres”, un viejo concurso de televisión del siglo XX, que había escuchado por casualidad en una emisora de radio. El mercenario llevaba ya un buen rato silbando dicha melodía, para desesperación del androide.
— ¿Piensa seguir con eso mucho rato? —preguntó éste malhumorado.
— ¿Con qué? —Bradock se hizo el tonto ante la pregunta.
— ¡Con el silbidito! —refunfuñó Roc—. Me pone de los nervios.
— ¿No te parece una sintonía muy pegadiza? —Bromeó Bradock ignorando el malhumor de su compañero— A mí sí.
— ¡Y una mierda! —Saltó enojado éste— Lleva usted silbándola una hora y media…
—Una hora, veintiséis minutos y trece segundos; para ser exactos —matizó la voz de Neska.
— Vaya, tuvo que hablar la zorra —espetó con irritación Roc ante la intervención de la computadora.
— Picha floja… —respondió la aludida antes de apagar su módulo de voz.
— Dejadlo ya los dos, me volvéis loco —Les ordenó Bradock—. Dime, Neska ¿tenemos algún mensaje grabado en el contestador automático?
— Tenemos cuarenta y dos mensajes grabados —Le informó la computadora—: Veinte de ellos son del presidente de la C.I.F.J, reclamándole la devolución del pago que se le hizo por adelantado con relación al trabajo de la prisión de Lythos V; el señor presidente alega que se pasó de la raya.
— Nah, borra esos mensajes.
— Borrando veinte mensajes…
— Y borra también los que haya dejado mi madre.
— Borrando quince mensajes más.
— ¿Ni siquiera se va a dignar a responderle a su madre? —preguntó indignado Roc—. En ocasiones me da usted asco, jefe. ¿Qué clase de hijo desagradecido ignora los mensajes de su madre?
— La misma clase de hijo que quiere evitar que su madre le enjarete una cita a ciegas con la hija petarda de su no menos petarda vecina.
— Oh, una cita a ciegas; ya ves tú qué miedo —espetó Roc con sarcasmo.
— ¿Ah, sí? ¿Qué tal te fue con Renata? —Bradock soltó la puya con una sonrisa sardónica dibujada en su boca.
— Imbécil… —El androide desvió la mirada irritado por el comentario.
— ¿De quién son los doce mensajes restantes, Neska?
— Tiene cuatro de la tienda digital “Demeritus”, informándole de sus nuevas ofertas en muñecas eróticas articuladas; dos más de su hermano Aloiseus, pidiéndole encarecidamente que retire de su cubículo-apartamento las películas porno que se ha dejado; otros cuatro de la Iglesia del Evangelio de Mourinho, pidiendo una donación; y otro más de un grupo de camioneros espaciales llamados los Bebop Boys, conminándole a unirse a su tropa.
— ¿No te falta un mensaje? —Apuntó Bradock tras echar cuentas con la ayuda de sus dedos.
— Así es, jefe —respondió Neska—, pero es que no sé muy bien de qué va ese mensaje. ¿Se lo paso?
— Bueno, pásalo. Veamos de qué se trata.
                   La computadora apagó su módulo vocal y dio paso a la grabación del mensaje, que comenzó tras escucharse una serie de tonos agudos y breves. Era un batiburrillo de palabras entrecortadas por interferencia estática y otros ruidos.
— Aquí… Ald>chuiup<…rypes, des… el… >briiip<neta Kalydos…>briiip<, solic>chuiup>chuiuip< …dock. Mensaje de >chuiuip<…arte de Amanda …lerton: “T…>briiiip< …cesito”. Repito;>chuiup>beeep<mensaje de>briiip< part… d>breeeeeep<… Amanda Full>chuiuiuiup<erton: “Te necesito”.
— Dioses… —espetó Bradock perplejo tras escuchar el mensaje— Ahí se oían más ruidos que en el estómago de mi tío Pepe tras comerse unas fabes. ¿Puedes pasarle algún filtro para mejorar el sonido, Neska?
— Intentaré limpiar el sonido —respondió ésta—; pero no prometo que vaya a quedar bien.
— Tranquila, haz lo que puedas.
                   Unos segundos más tarde, la computadora anunció la finalización de su trabajo y volvió a pasar el mensaje, esta vez sin tantos ruidos de fondo.
— Aquí Aldo Nerypes, desde el planeta Kalydos, solicitando ayuda al mercenario Bradock. Mensaje de parte de Amanda Fullerton: “Te necesito”. Repito; mensaje de parte de Amanda Fullerton: “Te necesito”.
— Lo siento —Se disculpó Neska ante la mala calidad de sonido que aún presentaba el audio—; pero no he podido hacer nada más.
— Tranquila, has hecho un buen trabajo. Pon rumbo a Kalydos. Quiero ver en qué anda metida ricitos.
— ¿Ricitos? —preguntó intrigado Roc— ¿Es que por casualidad conoce a la mujer que nombran en el mensaje?
— Por supuesto que la conozco —afirmó Bradock—. Después de todo, es mi esposa.
— ¿¡¡Qué!!? —La pregunta fue formulada al unísono por computadora y androide, perplejos ambos ante el descubrimiento de ese dato de la  vida privada de su jefe.
— ¿Por qué no figura ese dato en mis archivos? —preguntó intrigada la computadora.
— ¿Y por qué habría de figurar, muñeca? —contestó risueño Bradock, como un niño que juega con su madre al ocultarla algo divertido que acaba de hacer.
— Porque soy la encargada de pilotar esta nave y debo conocer esa clase de datos sobre cada uno de sus ocupantes.
— Francamente —apuntó Roc tímidamente—; no veo la relación de saber esas cosas con el hecho de poder, o  no, pilotar esta nave.
— ¿Alguien te ha pedido tu opinión, chatarra con patas?
— Yo al menos puedo ir donde quiera, no como “otras”.
— ¿Por qué no nos haces un favor y te desmontas, guapo? Total, para lo que sirves montado…
— ¡Anda y que te infecte un troyano…!
— ¡Basta ya los dos! —gritó exasperado Bradock ante la reyerta iniciada—. Neska, pon rumbo a Kalydos. Dale a la nave la máxima potencia posible; quiero llegar allí cuanto antes. Y no quiero oír más discusiones en todo el trayecto ¿queda claro?
                   La computadora, para evadir la respuesta a la pregunta, puso en marcha la música a todo volumen; y para ello escogió el tema “Engel”, del grupo Rammstein, para sufrimiento del pobre Roc, que decidió retirarse a su compartimento mascullando por lo bajo toda clase de improperios dirigidos contra la computadora.

CONTINUARÁ

No hay comentarios:

Publicar un comentario