18 –
Otro dato revelado
— Neska ¿te ha enviado Yugo los
detalles finales del encargo? —preguntó Bradock a la computadora al
materializarse en la nave.
— Me están llegando ahora mismo,
jefe —contestó ésta.
— Mucho ha durado la reunión con
el basky ¿no? —señaló Roc.
— El renacuajo y yo hemos estado
rememorando días pasados, chatarra —dijo Bradock—. Neska, pon rumbo al planeta
Tarsos y encuentra allí el lugar indicado por Yugo.
— A la orden —respondió la
computadora—. Trazando ruta de vuelo más corta y segura. Motores a plena
potencia. Tiempo estimado de llegada en dos horas y cuarenta minutos.
— Perfecto —convino Bradock—. Me
dará tiempo para trastear un poco más con las servo-armaduras. Avísame cuando
estemos cerca del punto de destino ¿de acuerdo?
—Está bien, jefe.
Bradock
abandonó el puente de mando de la nave y se encaminó al lugar donde tenía las
servo-armaduras para reparar. June siguió al mercenario.
— Hablemos —Le pidió mientras
caminaba a su lado por uno de los pasillos de la nave.
— ¿De qué? —dijo él sin mirarla.
— De lo que nos ha contado ese basky.
— ¿Sobre lo de declararse a la
gorda? —Bradock desvió a posta la conversación.
— No bromees, por favor —Ella se
sintió molesta por ello—. Me refiero al hecho de que sospeche que yo sea un
clon.
— ¿Y?
— ¿Crees que es cierto?
— ¿Lo crees tú acaso? —preguntó él
al tiempo.
— No lo sé… —dijo ella sintiendo
un escalofrío recorriendo su espalda— Pero ¿y si fuera cierto?
— Tiempo al tiempo —La tranquilizó
él—. Primero esperaremos a que mi hermano se decida a salir a la luz.
— ¿Y después qué? —Quiso saber
ella.
— Después le arrancamos todas las
respuestas a ostias. Venga, ayúdame con las servo-armaduras. De ese modo te
distraerás un poco y no pensarás en tonterías.
Mientras
ellos dos debatían sobre las acciones a realizar en el futuro próximo, Roc
mantenía con Neska su propia conversación particular. Por supuesto, el tema
central de la misma seguía siendo June.
— Quizás deberíamos contactar con
Yugo y pedirle que nos diga qué le ha contado al jefe —Meditó en alto el
androide.
— ¿Y qué te hace pensar que te lo
dirá? —Le dijo Neska.
— ¿Me crees incapaz de sacarle esa
información?
— Te creo incapaz de muchas cosas…
— Qué graciosa. ¿Se te ocurre algo
mejor, listilla?
— La verdad es que sí —contestó
Neska—. Algo tan sencillo como decírselo al jefe ¿qué te parece?
— Tienes razón —convino Roc con
desgana tras pensarlo unos segundos—. Creo que debemos hablar abiertamente con él
sobre nuestros temores acerca de la señorita June.
— Tus temores… —Le corrigió Neska.
— Sí, vale. Lo que tú digas. Un
momento… —Roc cayó de pronto en la cuenta de algo— ¿Puedes escanear a June?
— ¿Por qué habría de hacerlo?
— ¿Porque te lo pido yo?
— Te pregunto qué porqué quieres
que lo haga —Matizó Neska—. ¿Qué buscas exactamente?
— Piensa un poco —Le explicó Roc—;
si de verdad es un cebo, tal y como pienso, el que la esté usando como tal ha
de tener una forma de controlar sus movimientos ¿no te parece?
— Reconozco que no está mal
pensado. Sigue.
— Bueno; pues, qué mejor forma de
controlarla que con algún rastreador. Por eso tienes que escanearla.
— Vale —Aceptó la computadora—.
Pero que conste que ha sido una orden tuya, chatarra. Localizando y escaneando
a la persona identificada como June. Tiempo estimado para completar el escaneo,
veinte segundos.
— ¿Y…? —A Roc le mataba la
impaciencia.
— Sé que voy a lamentar lo que voy
a decir ahora; pero tenías razón, hojalata —contestó Neska—. June lleva un
dispositivo de rastreo colocado bajo su piel. En la zona de la nuca, para ser
exactos.
— ¡Lo sabía! —exclamó triunfante el
androide.
— Hay algo más, Roc —informó
Neska.
— ¿Algo más? ¿De qué se trata? —preguntó
extrañado él.
— El dispositivo colocado en el
cuerpo de June contiene dos nano-mecanismos —Le informó la computadora—. Ignoro
lo que hace uno de ellos, pero el otro está diseñado para liberar una potente
descarga eléctrica.
— ¿Descarga eléctrica? —Roc se
quedó estupefacto— ¿Cómo de potente?
— Tal y como está colocado, lo
bastante potente como para matarla —Sentenció Neska.
— Oh, vaya… Mal asunto. Muy malo.
En
el puente de mando de la nave se formó de repente un silencio sepulcral, casi
mortuorio. June no sólo estaba siendo utilizada como cebo, sino que, además,
estaba siendo controlada desde lejos. Estaba bien claro que, fuera quien fuera
el culpable, tenía en ella una carta muy importante para jugar. Y pensaba
utilizarla.
***
—
¿Descarga eléctrica? ¿Cómo de potente?
— Tal y
como está colocado, lo bastante potente como para matarla.
— Oh,
vaya… Mal asunto. Muy malo.
Endola
Preys sonrió para sus adentros y desconectó la emisora a través de la cual
recibía la conversación de la nave de Bradock. La partida de ajedrez estaba ya
en su recta final y sus piezas
estarían pronto colocadas en la posición adecuada. Solo necesitaba realizar una
jugada final. El jaque mate no tardaría en llegar. Con una sonrisa de triunfo
dibujada en su boca, dio una orden.
— Computadora; activar orden “Caballo de Troya”.
CONTINUARÁ