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BLACK FOX: BLUE DREAM


BLACK FOX: BLUE DREAM. Por El Abuelo.


                                               7 de la mañana. San Pergura, una ciudad edificada sobre un islote  artificial  situado  frente a la playa del Sardinero, en Santander, Cantabria.                                                   
                                               Aquí me tenéis, de nuevo en el candelero, como de costumbre. Estoy dándoles un par de lecciones de educación civil  a un grupo de yonkies. Por lo visto, se empeñan en sacar a las calles de mi barrio  una nueva droga, a la que llaman " Sueño azul”. Y mira  que se lo tengo advertido,..." Drogas en mi barrio no ...", pero nada , ellos  erre  que erre . Así que, tengo que volver a molestarme en darles una nueva lección a estos pardillos.
                                               Por  esa misma razón me he colado en uno de sus almacenes, para destruir  su mercancía. Y en plena faena estaba cuando dos de esos pardillos   asomaron las narices  y...., en fin, que se armó la marimorena. En cuestión de segundos me vi rodeado de yonkies ávidos de mi sangre. Por desgracia para ellos, suelo defenderme cuando me atacan.
                                               Desenfundo mis dos pistolas de plasma y descargo contra ellos  varias  andanadas a media potencia de fuego, por suerte para  ellos, nadie me paga para matarles. Al tiempo que disparo, salto hacia un lado  para esquivar sus disparos. Por desgracia para mí, nadie les ha pagado para cogerme vivo. La vida no es justa.
                                               En el fragor de la pelea, veo por el rabillo   del ojo a uno de los yonkies, que parece mantener una pequeña charla  con su superior  a través del móvil. Cuando termina  de hablar  se une a sus amigos y les comunica que el jefe les envía refuerzos, lo cual,  dicho sea de paso, no me gusta ni un pelo.
                                               Un resplandor  cegador me informa  que los refuerzos a los que se refería  el colega acaban de llegar. Negra suerte la mía, son los de " Luna Negra "  acompañados del mastodonte al que llaman  Avalancha. A una señal de Yago, líder  del grupo, Avalancha carga contra mí,.... ¿por qué no me habré quedado yo en casita?
                                               Esquivo con facilidad el ataque del gigantón, que se lleva por delante la primera pared que se cruza en su camino. Mientras volteo en el aire, un chasquido metálico me informa  que Kora ha transformado su brazo izquierdo en un arma y se dispone a atacarme. Con toda la rapidez que me es posible, descargo tres andanadas de plasma contra la chica para noquearla antes de que ataque.
                                               Las andanadas le dan de lleno y logro mi propósito, cosa que, por otra parte, a su hermano Lang no parece hacerle mucha gracia. Lleno de rabia, lanza contra mí dos poderosas descargas eléctricas de gran voltaje. Uno de los rayos me da de lleno  y todo mi cuerpo es sacudido por la descarga, dejándome medio noqueado en el suelo. Trato de no perder el conocimiento y de reincorporarme, pero justo cuando logro ponerme de rodillas, Avalancha me propina un puñetazo que me arroja contra una de las paredes. Ahora si que estoy listo....                              
                                               Cuando creo que ya estoy acabado, una de las paredes salta en pedazos a causa de una explosión, cogiendo por sorpresa a los de "Luna Negra”. Entre el humo generado por la polvareda veo cinco siluetas. ¿Refuerzos? Si es así, bendita sea mi suerte.                                                                                                          Cuando escucho la voz de uno de ellos, pidiéndoles a los de Luna Negra que se rindan, casi pego un salto de alegría. Se trata, para mi suerte, de Arsenal y sus compañeros de Alianza, un  grupo  de  ex - soldados   con superpoderes.                                                                                                                        A una señal de Arsenal, una enorme mano azul me rodea y me aleja  de Avalancha. Acto seguido, Geomancer crea en torno a nosotros un muro de fuego para protegernos ante un posible ataque. Seguidamente, Wick  arroja  contra las cajas de la droga tres bolas energéticas y cuenta hacia atrás desde tres. Al llegar a cero, las cajas saltan en pedazos y la droga es esparcida por el aire. Entonces, Blue recoge del aire toda la droga encerrándola en una enorme esfera azul y Geomancer la quema gracias a las llamas  que controla. La droga está destruida, pero algo en la mirad a de Yago, y en la maquiavélica  sonrisa  reflejada  en su cara, me dice que algo se nos escapa.
                                               En efecto, cuando ya nos creíamos ganadores de esa batalla, un ruido  de un motor de camión, procedente de la parte trasera  del almacén, nos indica que no toda la droga ha sido destruida. Por lo visto, un camión ya había sido cargado antes de llegar  yo y se dispone a abandonar el lugar. Si ese camión logra escaparse, nuestro trabajo  de hoy habrá sido en vano.
                                               Cuando nos disponemos a ir  tras  el camión, el gigante Avalancha nos impide el paso, arrojándonos, con suma facilidad, media pared de ladrillos   encima. Wick  destroza la pared con una de sus bolas energéticas y Blue nos protege de los cascotes con un escudo de energía azul. En ese momento, Stone muta su cuerpo en roca y se lanza contra Avalancha, al que tumba con el primer puñetazo.
                                               Arsenal aprovecha ese pequeño momento para destruir la puerta trasera  del almacén con un rayo de plasma disparado por uno de los guanteletes metálicos de su armadura nanotecnológica. Les pide a Stone y a Geomancer que se queden con él para ocuparse de Avalancha mientras  Blue, Wick  y yo vamos tras el camión. Es curioso ver como todos los de su equipo acatan sus órdenes sin poner ni un solo reparo. Se ve que tiene un gran don de mando.
                                               Dicho y hecho, Blue, Wick  y yo nos lanzamos tras el camión, que ya ha cogido la autopista principal  y se dirige hacia la  salida  de la isla. Volando sobre una enorme plataforma  azul creada por Blue, seguimos de cerca al camión. Al vernos por el retrovisor, el compañero del conductor dispara contra los coches que van en sentido contrario, provocando un accidente que causa, a su vez, que uno de los coches se precipite al mar desde el puente que comunica la ciudad con la playa del Sardinero.
                                               Blue lo ve y nos deja en tierra  para  socorrer  al vehículo. Mientras  él se encarga de eso, cojo prestado un deportivo y, junto  a Wick, salgo a toda leche tras el camión.
                                               En cuestión de segundos alcanzo al camión  y, con una pirueta, me coloco sobre el capó del deportivo, al tiempo que le grito a Wick que se ocupe del volante,... él me grita algo sobre que no sabe conducir, o no sé qué chorrada  por el estilo. El caso es que le ignoro y salto sobre el remolque del camión y, con un disparo de una de mis pistolas, desarmo fácilmente al compañero del conductor.
                                               En cuanto al conductor, voy a ocuparme de él cuando, en ese instante, veo a Wick  adelantándonos con el deportivo, alzando el brazo derecho y mostrándome tres dedos de la mano.... , si es lo que estoy pensando ,  será mejor  que salga pitando del camión ... ¡ ahora mismo ! .
                                               Dicho y hecho, salto sobre el asiento trasero del deportivo y Wick  frena  en  seco, cruzando el coche en medio de la autopista. Acto seguido, el camión salta en pedazos, cayendo al mar envuelto en una gran bola de fuego. Asunto resuelto. Ahora, a por Avalancha.
                                               Blue  nos recoge por el camino y nos dirigimos  hasta el almacén, donde Arsenal, Geomancer y Stone han logrado noquear al gigantón. Otro asunto más resuelto. Les doy las gracias por su ayuda y Arsenal me ofrece un sitio en su grupo, a lo cual me niego con educación, prefiero  trabajar  solo, no me gusta recibir   órdenes  de nadie.
                                               Antes de despedirnos del todo, le pido a Arsenal que se ocupe de Avalancha, a lo cual él acepta a regañadientes. En fin, el día, después de todo, ha acabado mejor de lo que pensaba y la droga ha sido destruida. Por desgracia, sé perfectamente que no será el último  cargamento de droga que se fabrique en estas calles,...  ni el último  que yo destruya.
                                                
                                                                                                                                                                    
                                 -FIN-

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