Con la música de sus dedos. Por El Abuelo.
Con la yema de sus dedos va
plasmando las notas en los dedos de ella.
Nota
tras nota, la lleva al rincón más lejano de su corazón, donde todos los sueños
toman forma y donde las ilusiones se tornan en barcos de papel cuyas velas se
hinchan con el viento de la esperanza.
Con
cada yema de los dedos él va dibujando en los suyos surcos de melodías que la
envuelven en un cálido abrazo que la reconforta y que apacigua su torturado
corazón.
Con
la música de sus dedos ella viaja lejos, muy lejos, hasta las estrellas más
lejanas; mas, cuando sus pies despegan del suelo, el vértigo la hace gritar y
quiere volver a aterrizar de nuevo. Estira sus manos buscándole y le encuentra
a su lado, tejiéndole las suaves y armoniosas notas que la acarician con
ternura.
El
la guía entre las melodías, pero ella quiere perderse mucho más allá y dejarse
llevar por sus instintos más profundos.
Tiembla
de emoción con cada una de las notas que él va tejiendo para ella sobre sus
dedos.
Las
pupilas de sus ojos brillan de emoción y una cálida lágrima se empeña en darle
brillo a su mejilla, pero no llora de tristeza, pues nunca antes hubo tanta
felicidad y amor en esas pupilas.
Con
la yema de sus dedos, él va tejiendo las notas sobre los dedos de ella, que se
deja acariciar y envolver por la música.
No
la oye, pero tampoco le hace falta. Le basta con sentir las notas que él va
tejiendo con sus dedos.
Con
eso le basta para ser inmensamente feliz, en su silencioso mundo.
- FIN -
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