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VANCE, EL CAZADOR (CAPÍTULO FINAL)


15 – EPÍLOGO

                   Vance contempla la ciudad desde la parte más alta del tejado a dos aguas de una vieja casona. Es de noche y sopla una suave y fría brisa. El manto de luces titilantes que conforman el alma nocturna de la ciudad se extiende ante él en todo su esplendor. El cielo está estrellado esa noche, aunque un pequeño grupo de nubes cubren la luna. A su espalda, un sonido muy familiar le informa de la llegada de su amigo Archer a través de uno de sus portales de traslado.
- Tío, deberías hacerte mirar esta manía tuya de subirte a los tejados – le saluda – En serio, ¿tienes alguna especie de trauma infantil con relación a los tejados de las casas? Lo habitual en las personas normales es usar el suelo. ¡Pilla! – le arroja una lata de refresco que Vance caza en el aire con una mano.
- ¿Coca cola Light?
- Eh, ¿qué esperabas? – Le contesta Archer encogiéndose de hombros – Soy menor de edad, ¿recuerdas? Además, no quedaba de la normal…
- ¿No quedaba coca cola normal? – Vance le mira con gesto de incredulidad - ¿En dónde las compraste, en una tienda en Alaska?
- No – Archer le hace una mueca burlona – En la tienda de los chinos que hay cerca de aquí…
- Gracias, supongo – Vance abre la lata, dejando escapar el gas sobrante del interior.
- No hay de qué – Archer se sienta junto a él y abre la suya - ¿Qué tal te va, tío?
- Voy tirando – Vance le da un sorbo a su bebida y sofoca un eructo antes de que escape de su boca.
- Lamento que los de la agencia te dieran de baja por lo que hiciste… - comenta Archer para abrir la conversación – Y dime, ¿qué es lo que has hecho durante estas dos últimas semanas? Supongo que habrás aprovechado bien el tiempo, ¿no?
- He estado echándoles una mano a Hobs y Mitch en el Murasane. El señor Garibaldi ha insistido incluso en hacerme un contrato indefinido.
- Bueno, míralo por el lado positivo, - le dice Archer en tono jocoso – al menos no estarás sin curro, que, tal y como está el tema hoy en día, siempre es de agradecer, ¿no?
- Qué simpático… - Vance le hace una mueca y da otro sorbo a la bebida.
- ¿Hablaste ya con tu hermana? – Archer le pregunta sin rodeos, aunque mirándole de reojo antes de darle un sorbo a su bebida.
- No – Vance agacha la mirada y su semblante cambia – Lo intenté, pero no he sido capaz. Se fue a casa de nuestra tía Isabel, la hermana soltera de mi padre.
- Vaya, lamento oírte decir eso… – Archer se siente culpable por reabrir la herida de su amigo – Dime, ¿de qué tienes miedo? No conozco a tu hermana, salvo por el otro día que la saqué de aquel lugar, pero me pareció una chica muy sensata y cabal. Creo que ella lo entendería. Si al menos…
- … ¿Si al menos qué? – Le corta tajante Vance – ¿Si la contara lo que soy, a qué me dedico, crees que ella lo entendería? ¿Si la dijera las cosas que he tenido que hacer a causa de mi trabajo, lo entendería también? ¿Crees que me miraría de la misma forma en la que me ha mirado hasta hoy, después de saber las cosas que hago? ¿En serio lo crees, Archer?
- No es lo que yo crea, amigo – le contesta Archer cabizbajo – Lo que importa es que tú seas capaz de abrirle tu corazón a tu propia hermana. Además, aunque me duela recordártelo, es lo poco que te queda de familia. Si la pierdes también a ella, con el tiempo te llegarás a odiar con todo tu ser por haber sido tan idiota.
- Ya, sí, bueno… - Vance mira las estrellas meditabundo – Se lo diga como se lo diga, para ella seré un asesino. No hay diferencia.
- ¡Te equivocas, sí que la hay! – Le corta tajante Archer – La diferencia radica en que lo que hacemos en la agencia es para proteger a la gente de la calle de personas como Ventura. ¡Esa es la diferencia!
- Un pobre consuelo, ¿no te parece? – Vance ni siquiera mira a su amigo a la cara. Continúa observando las estrellas dibujadas en el firmamento.
- Al menos es un punto en el que apoyarse – le replica Archer – Y creo que tú, hoy más que nunca, necesitas algo en lo que apoyarte.
- Gracias. En serio – Vance le da un último sorbo a su lata y la vacía del todo.
- A mandar, colega – contesta Archer bebiendo de su lata – Ah, casi se me olvida. Toma – saca del bolsillo trasero de su pantalón vaquero una tarjeta pequeña que le entrega a su amigo. En ella se puede leer el nombre, en letras doradas, de Leónidas Brazilev – Me pidió que te dijera que no olvida lo que hiciste por él con lo del asunto de Ventura. Me dijo también que le llamaras lo antes posible por teléfono. Según tengo entendido, cuando se asiente en el consejo de “La Pirámide” como nueva mano, y las aguas vuelvan a su cauce, piensa ponerte bajo su tutela como dedo. Enhorabuena, tío, te has hecho un valioso amigo en el consejo de la agencia.
- ¡Estaré en racha…! – Suspira Vance quedamente mientras juega con la tarjeta entre sus dedos – Dile que le llamaré, pero no ahora. Necesito un tiempo para asimilar todo lo ocurrido últimamente. ¿De acuerdo?
- ¡Sí señor! – Archer saluda militarmente a su amigo y se pone en pie – Y mírate lo de los tejados. Te lo digo en serio, tío. No puede ser algo normal – instintivamente, el muchacho crea un nuevo portal y se mete en su interior – Chao, colega. Nos vemos pronto.
- Adiós – le despide Vance – ¡Y gracias por la bebida!
- De nada.
                   Cuando el portal se cierra, Vance se pone de pie y se sacude el pantalón para desentumecer sus extremidades. Observa con cierto deleite la vista que la ciudad le ofrece, inspirando profundamente para llenar los pulmones con una buena bocanada del aire fresco de la noche. Por primera vez, desde hace ya dos semanas, siente como su espíritu consigue un poco de tranquilidad. La herida sigue ahí, por supuesto, y aún le queda por hablar con su hermana, pero en su interior nota que algo está cambiando.
                   Tal vez, después de todo, no sea tan mala idea contarle toda la verdad a su hermana. Tal vez no.
                   Cierra los ojos y, en un pequeño suspiro, se deja envolver por las sombras. Y se convierte en una sombra más.
                   Porque su mundo es oscuro y febril.
                   Su mundo es la noche, llena de sombras y oscuridad.
                   Su mundo es la caza.
                   Su nombre es Vance… y es un cazador.


- FIN -

2 comentarios:

  1. TT.TT...
    Me he quedado sin palabras!
    Fue... emotivo, sí, un final emotivo.
    Sabes? Estuve todo el rato negándome a leerlo, porque me cargan los finales, son como las despedidas. Pero en fin, me ha encantado! ='D!
    Muchas gracias por escribir así *-*!

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  2. Gracias a tí por leer y comentar. En breve, comenzaré a colgar una historia nueva, con dos nuevos personajes, de aventuras espaciales.
    Un saludo y gracias una vez más por seguir ahi.

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